2.11.12

1:00 AM

Lo que los historiadores nunca supieron es:
Que Hitler se volvió loco con Miss Vainilla.
Que el asunto de los hornos fue un detallito...
Como llevar flores, chocolates y decir cursilerias.

Lo que Miss Vainilla no supo es:
Que Hitler no era nada sin el uniforme.
Que Hitler no era nada sin sus besos...
Como novelita romántica.

Lo que mi muerto nunca supo es:
Que no duermo sin pensarlo.
Que no amo sin pensarlo.
Como si sirviera de algo.

Lo que tú no sabes es que me aprieto los dientes fuerte fuerte para no gritarte y que luego cierro los ojos y pienso en cómo venirme sin tanto caos. A veces me dan ganas de que te quedes, otras-y la mayoría- de que no existieras. Luego estas cosas del otoño me adormecen un poquito y se me olvida que en el fondo yo te extraño. Y si no te queda claro lo que lees y me inventas, te presento a la niña esa que no me mama porque no es su estilo, que me calienta todo el día con cinismo. Que te revienta las entrañas de celos, que me revienta los pantalones de...

Brownies, me ha ofrecido brownies de cenar. Que manera, que fácil manera de idiotizar a un hombre.
Brownies, cinismo y promesas sin garantía de mamadas.

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