28.2.14

Hay quién dice que son demonios...

Mi historia se resume a verte y no pensarte, a verte y no soñarte ni quererte, a verte y no sembrar dudas, ni ganas, ni sueños.
 Mi historia se resume a que mi tarea fue dejarme fabricar un deseo. 
Como esos de tomar tu mano y cerrar los ojos fuerte fuerte cuando hay una sorpresa. Un deseo como esos en que te muerdes los labios y bajas la mirada. 
Mi historia, señora,- si puedo llamarte así y seguir tuteandote-  comienza en el momento en que miento  si digo que no te pienso, sueño, quiero. 
Agricultor de dudas que termina lleno de certezas. 
Manos necias. No. Labios necios, miedos necios. Hombre en llamas necio. Un alebrije. 
F r a g m e n t a c i ó n. 
Absorber. Premura carroñera. Eres una bala. Soy un cráneo.
 D e s p e r s o n a l i z a c i ó n.

27.2.14

Más que enseñarme a amar...
Me enseñó a decir la verdad.

Derretirme como queso en 27 pasos.

¿Crees que no me había enterado?
Que peor que paredes te tengo atravesado entre tinta y espalda y arrumacos. 
Con odio exagerado cuando dudo si me amas, si me esperas, si regresas o te largas un buen día con las golfas siempre tuyas, siempre fuertes, siempre nunca(s). 
Hueles bien, eres un imán absurdo de monerías que conquistan por el mero placer de hacerme titubear, tambalear, doblegar. 
Eres un cojonudo invierno con esas manos, un remolino, terco y necio. A veces sucio, a veces tierno, siempre huraño. 
Ojalá siempre mío.
 Nunca tuyo, porque nunca te encuentras tan ausente como cuando eres tú y tuyo. Como cuando tiras la mordida y el golpe y la piedra. 
Como cuando me haces pequeña. 
Nunca tuyo, Trento. Nunca tuyo. ¿Escuchas cómo ruego? 
Y que no te enteres que te amo poco más de lo que te odio, y que no te enteres que del pecho salen aves cuando besas, juegas, ríes.  
Y que no te enteres de mi mundo, ni de otros mundos y que seas bobo, niño risueño, castrantemente encantador y arrogante, un toro, mi toro. 
Un cachorro. 
Que seas el esposo que nunca fuiste, el padre que siempre debiste.
 Que seas un futuro de esos bien bonitos que quieres que lleguen ya ya ya ya porque no hay tiempo que perder. 
Que seas, mi niño, mi rayito de luna. ¿Ves que tiembla la voz cuando lo pido?
 Mi tonto hombre hueso, mi retonto hombre de leña, mi reintegro, mi revancha, mi venganza contra el mismo cielo. 
Mi supernova, mi superidiota, mi poeta con falsa modestia, mi poeta con tos y sangre y ganas. 
Mi hombre de las cavernas. Mi tremendo disparate, mi encabronado destino. 
La musa también escribe, tu musa, siempre tuya, hoy más que nunca...

25.2.14

<<...las distancias acaban rápido,
siempre hay un día
para sentirse ausente,
algún momento en tu locura
en el que deseas acercarlo todo,
destrozar las carreteras, sostener,
si fuera posible, las líneas blancas
con las dos manos, y tirar,
tirar hasta levantar los campos,
tirar y derribar las casas,
tirar hacia ti...>>
Eva Picazo.

21.2.14

Te requiero. De requerer.
Te reamo. De renacer.

Leptospira Parte I.

Escribo, ves, porque no sé hablar, ves, porque soy un circulo.  No tengo, ves, metas porque esos demonios son líneales y yo voy en una curva del infierno. Callo, ves, porque si grito te haces chiquita y explotas. Sudo, tiemblo, ves, porque del miedo no sale otra cosa más que malas pasadas, sentadas y quedadas. Berreo, ves, porque a la vuelta de la esquina me espera el fracaso más cortito de mi vidita estúpida. Añoro, ves, que no mires atrás, que no escarbes, que leas bien y recuerdes, no trastornar tu corazón con filtros viejos. Patadas de ahogado, ves, con este pasado no se puede llegar al futuro. Brinco, ves, para ver si te encuentro si te alcanzo como ranita y te sonrío y me quedo. Vuelo, ves, lloro, ves, lo ves, lo ves, porque soy un nudo y un perro sin cadena, porque soy un globo, ves de esos que necesitan del fuego y tú vendes cerillos, ves. Grita, aja, grita, aja, grita en mi rostro, avienta,me, amarra,me, jode,me, revienta, revienta, revienta, reinventa. Rehacer, no rechazar- dice. Escribo, ves, porque no ves, porque no escuchas, porque no entiendes, porque tengo que, tengo que, quiero que, debo que, quiero, quiero, quiero, ves. Ves como si quiero, ves como si quiero, ves que quiero, te quiero, yo te quiero. Que no es un molde, entonces, entonces te odio, te detesto, así como tú cuando despierto y estás más ausente que un muerto, te detesto por no mirarme y cortarme los huevos y traerlos de llavero. ¿Mejor? Te detesto, no te quiero y no te amo, ¿te gusta este ritmo? ¿más que el tango?¿ prefieres esta ancla? ¿prefieres eso que un jodido papalote? ves, ves, mira lo que escribo, mira lo que pienso, mira como tiemblo,- tus venas se saltan en las mañanas. Ponte en mi jodido lugar, Sebastián el pendejo. Sebastián la reverenda mierda que no cambia, que no madura, que no deja de ser un mocoso perdido, una polla andante. Ponte en mi jodido, rejodido y gordo lugar, ponte en la orilla de mi jodido y recansado barranco y tírate, pégate un tiro y me avisas si caíste de pie porque también eras un puto gato, ¿no es cierto? Yo no escribo, ves, porque a mi no se me da estar vomitando pendejadas, porque a mi no se me da estar repitiendo que te amo, que te amo, que te amo mientras sientes un filo por la espalda. Yo no escribo, ves porque a mi no se me da de sentirme la indicada, la única, la última, porque a mi no se me da desnudarme de miedos, desnudarme de heridas y golpes. Yo no escribo, porque yo te odio en vivo, te odio en carne, te odio en la regadera, te odio cuando te creo, te odio cuando te vienes, te odio cuando pienso que te irás, te odio cuando canto y cuando duermo y cuando despierto, te odio los martes, te odio los domingos, te odio cuando te ríes y me tomas la mano y te odio cuando pienso en tener a tus hijos y te odio cuando me rindo.

20.2.14

Voy por cigarros.


Me detienes porque hay vida más allá de mis palabras.
Me detienes antes que me dispare.
Me detienes con tus manos, con tu andar, con tus sueños. 
Tú que no tienes la certeza de que me voy a quedar. 
 Tú que apareces y permaneces y te haces grande y me pesas. 
Tú mi escudo, y yo tu tanque. Tú mi nuevo mundo, mi nunca horizonte, mi siempre regreso. 
Me detienes porque el aire es poco si te dejo a medias. 
Me detienes porque todo duele cuando tienes tiempo.
 Me detienes porque después de todo, estoy seguro, el mundo está lleno de enamorados que esperan la luz roja para besarse.

18.2.14

Me jura.

Te pido, quiéreme porque no hay tiempo. Quiéreme porque somos eternos, porque me contradigo, porque me arranco de mí cuando estás ausente. Porque verte reír es la mejor parte de la película, o sentir que se te salta el corazón del pecho, o que se te llenan los ojos de lagrimas, mientras juras que tú no te casas, que tú no esto y que tú no aquello.
Te pido, muerde el hueso, muerde el cuello, muerde el alma porque somos una fuerza devastadora que no hace mas que crear mundos en cada esquina en que te beso. Porque soy pequeño, porque soy tuyo desde que derribaste todos mis apodos con el tuyo. Porque a veces tomando tu mano me vuelvo invencible, se muere el tirano, me crecen las flores y frutos, raíces y el tiempo se para y las hormigas avanzan y los búfalos corren de vena a vena. Quiéreme, porque amo lo que me ocultas porque son pendientes, porque tendrás que quedarte más tiempo, todo el tiempo para soltarme la sopa, para soltarme los llantos y gritos que tienes por dentro. Quiéreme porque me asusta perderte cuando amanece y vuelas tan alto, tan alto, y tan lejos. Te pido, porque de nudos el nuestro es mi favorito, porque de besos, el último. Porque de andar siempre errante se siente el temblor en el rostro. Quiéreme porque soy viejo, porque soy aburrido, porque a tu lado siempre me convierto en un niño, porque eres un dulce, porque eres una nube, porque eres una nectarina, porque eres una mujer hermosa, porque me conoces, porque no lo aceptas, porque ya no hay más, porque nunca hubo más...

17.2.14

Bájese.

No es mi carne la que te habla, no son mis huesos, mi cuello, mi mar o mi vagancia.
No es tu nombre, tu peso o apellido.
No son las lunas ni de octubre ni noviembre ni las comas ni las larvas ni los hijos que nos faltan.
No es mi polla, no es tu coño, no es tu cuerpo cuando sudas y me llamas por mi nombre.
No son los despojos, no son los ladridos, los recelos, los retoños , los remartes.
No es nada de la tierra, ni los gnomos, ni tu risa a kilos, ni tu pelo a gotas.
No son los celos, ni tus garras , ni mi entrenamiento, ni mis partes rotas o tus partes blancas.
No es el matrimonio o la iglesia o tu firma o mis tobillos o mi cansancio.
Ni tus plumas, o mi tinta o el pasado que te come y me hace hoyos negros la cabeza.
No es mi culpa, ni la mierda, ni tus puertas o tus llaves ni tus ramas.
No soy yo, ni tú, ni estar, ni ser, ni pensar.
No es hoy, no es ayer, no es lo fuerte que suena cuando callas "siempre" cuando gritas "nunca".


16.2.14

En cuántos


Ahora que caminas por las calles con rostro de berenjena
y más feliz que una ardilla con vestido nuevo de volantes,
y yo estoy solo y mastico solo y rencoroso los segundos,
permite que perverso te pregunte en cuántos, escorpiona,

en cuántos kilómetros de cuerpos tendrás que frotarte
para borrar hasta la última mota insistente de mi recuerdo,
en cuántos bares o callejones sucios te entregarás en serie
mientras la luna te baja despacio la cremallera de tu falda,

con hombres
que ni el tímpano de mí, que ni el cúbito
de mí, con hombres sin vaca de estrellas que ni
la pala de mi canoa,

en cuántos baños torcidos de fiebre te bajarás las bragas
para olvidar las líneas y betunes perdurables de mis manos,
en cuántas playas dejarás que te bronceen la espalda
ante la mirada lasciva de las olas a punto de romperse,

con hombres
que te besarán el labio solo y la lengua sola,
con hombres que te lamerán el clítoris solo
y te penetrarán tan solo,

mientras que yo, niña escorpiona,
yo no besaba solamente lo que va de tu lengua al labio
sino tu muñeca curva de escritora mulata y sobredotada,
yo besaba tu furia de justicia y tus palabras versimotoras,
yo besaba tu huracán de mapas zurdos y zurdas aleaciones,

yo, niña escorpiona,
yo no lamía la mera delicia que sonríe dentro de tu vulva
sino la chica que borracha gritaba rabias y revoluciones,
yo lamía la agitadora que portaba pancartas en el 15M,
yo lamía tu enredadera y tu grano de anís orgulloso,

en cuántos despachos nocturnos restregarás tu columna
para acallar a golpes el grillo alegre de mis canciones,
en cuántos hostales vacíos tenderás tu insensata belleza
para cortar con minucia las corbatas que no me puse,

con hombres
que ni el sépalo de mí, que ni mi eslora
ni mi palo de mesana, con hombres
a los que podría aplastar con una metáfora
y que huirán enloquecidos cuando descubran
mis versos,

porque yo, niña escorpiona,
yo no amé tan solo tus naranjas de sol
sino también tus naranjas de sombra,
yo no amé tus virtudes de Persia
sino de Persia también tus errores,

yo, niña escorpiona,
yo sabía mejor que nadie que las mujeres
que vuelan cien aviones más altas
también dañan como cien aviones,

en cuántos pasillos oscuros dejarás tu cuerpo satenado
para extirparme y desaparecerme hasta los raigones,
en cuántos hombros descansarás tus pieles pleamares
para negar lo que te amé y te amaba, lo que te amo,

porque aún te amo, sí,
te sigo amando:
y aún espero como una polilla extraviada
a que me vuelvas a encender la luz
cuando te canses de tus
en cuántos.

Alberto/Batania/Neorrabioso
Cuando cierro los ojos, veo con tus manos.

14.2.14

Kundera a 320km/h

Hola -se revienta una burbuja-
Hola- te llamas garra y a veces freno. Te llamo libre y a veces mía.
Cierra los ojos y cuenta hasta siete.

(Uno, dos.
Sebastián, mi Sebastián, el que no entra en mi mundo de los secretos.
Yo soy la burbuja, no la revientes.)

 Nido, nido, nido, nido... Como el eco del barranco. Como el eco del miedo. Como tus manos que no saben a qué aferrarse cuando me notas ausente.

(No soy ellas, no eres ellos, no eres nada, no soy nada, no me toques, no me grites, no te calles, no me alejes, no le sonrías, no le llames, no la toques, no te toques, no duermas, no sueñes, no me frenes, no me sueltes, no me empujes, no me creas, no me tires, no me engañes, no me mientas, no me ignores, no me escuches, no me mires, no me dejes, no me dejes, no me dejes.)

Hablo con sus ojos: terrible representante.
Me arreglo con su coño: tremenda trampa.
Me hago viejo entre sus brazos: Deleite de victoria.







12.2.14

Tus ojos de las 7:23


De la prisión de las rosas
en los manuales de flora
la culpa es de las propias rosas,
con su etimología latina,
sus espinas cercioradas,
su fragancia sostenida
y sus pétalos premeditados
para una buena clasificación.

Lo mío, en cambio,
se aparta de jaulas y celdas
pues no tengo marca ni patria
y mis unos traicionan los doses
y mis versos corrigen poemas
y mis verdes se tornan azules
y apenas cumplo mis promesas
ni al casi nunca por ciento:
en qué manual iba a estar yo
salvo aquel que se titulara
“Desdiciéndome”
o “Nuevas rectificaciones”
o “Tus ojos de las 17:23”.

Alberto/Batania/Neorrabioso

11.2.14

s/n

De llamarlos martes a llamarlos: el día que más te amo
Porque el mundo te hace fruncir el ceño.
Porque el mundo te despeina.
Porque el mundo te apura, te grita y te harta.
De llamarlos martes a llamarlos: el día que te grito y se me vuelve a salir:
Que te amo.
Porque los lunes todo inicia, porque los viernes todo acaba.
Porque el domingo y la familia, los sábados y el alcohol.
Porque los jueves pasan l e n t o.
Porque en miércoles hasta el amor es barato.
De llamarlos martes a llamarlos: eco.
Que te amo, que te amo, que te amo....

Fresas con paja.

¿A qué sabe soltarte la mano un fin de semana? ¿A qué sabe colgarme mil santos para ganarme tu confianza?
Me pienso, yo pienso qué coño, qué humor, qué carita, que labios, qué porte, semblante, sembrando semillas siempre cantando. 
Qué ganas de quedarme, quedarte, quedarnos y no matarnos, morirnos ni odiarnos.
 Juro por mis colmillos sacarme un ojo y después el otro, caminar por el fuego, no andar con rodeos, no miento, no mientas, no mientes. 
Yo te amo y tú me algo. Nosotros nos todo. 
Tú y tu mano y tu ojo izquierdo y mi corazón, el necio, el toro, el empolvado. 
Tú y todo lo que gira y baila con tu aroma, con tus pasos. 
Tú y mis malos, terribles, quelastima de versos y prosas y todo a la media. Yo y mis razones sobradas, mis daños, mi asfixia por nada.
 Yo y mi cabeza siempre tan cuadrada.
¿ A qué sabe esperarte? ¿A qué sabe domarme?

2.2.14

Bailando en las alturas.

Llévame a la iglesia, llévame de la mano al amor.
 Lleva tu mejor sonrisa, el verano, lleva el calor. Lleva las flores, la casa, el olvido, el pasado.
 Lleva el te amo en los labios, lleva la cadena, el oporto, los clavos, la miel, el ardor.

 Brinca //que brincas //que trepas //que corres// que duermes y llévanos un puente, lleva el motor.

Lleva tu vientre, tus sueños, mis balas y tu rencor. Lleva paraguas, tormentas y versos llamados dolor.
 Lleva, mi niña, tu mano tan blanca, mi mente tan negra, lleva la pasión. 
Lleva a tu hombre de barro, tu hombre de burla, el falso redentor.

 Lleva tu bolso de mano, tabaco y alcohol.
Lleva las llaves y puertas, la mascara rota, tu inmenso corazón, el sabueso del miedo, los mares de planes, la torre de besos, lleva a mi niño interior.