24.1.17

Elevador

Dice que no soporta las cosas rotas. Que no sirven. Que se deben tirar porque se ven feas. A veces me pregunto ¿En qué momento se dará cuenta de lo roto que estoy? Que soy un costal de añicos. Un fracaso tras otro apilados en un cuerpo aletargado...
-¿En qué momento,Sebastián? Lo supe desde la primera vez que soñé contigo. O cuando te vi a los ojos. O cuando no lo hice. Eres un espejo roto. Eres arte que duele. Que miedo acercarse y amarte. Y sangrar. Que miedo ser tuya y que te pierdas. Ruinas. Eso vi en ti. Ruinas. Y sólo pienso en las ganas tan inmensas que he tenido de construir mi castillo justo ahí. En ti. En ese espacioso y agrietado espacio. Sembrar semillas en tu pecho y que tu corazón sea un ramo, ¿qué digo un ramo? Un campo inmenso de gladiolas y magnolias latiendo. Un balcón en las cuencas oculares. Un columpio entre costilla y costilla. Una bandera blanca entre tus huevos. Y focos, focos de todos colores cubriendo tu rostro, tus brazos y piernas. Soy yo Sebastián, tu musa escultora. Tu cómplice. Mi tonto y roto búfalo. Soy yo la que va a levantar un reino dentro tuyo. El más grade. El más poderoso. El más indestructible y se llamará: Nosotros.
S.T

No hay comentarios:

Publicar un comentario