A la mujer que embarazo en mis sueños húmedos:
(Y en mis sueños secos, y en mis realidades mal hechas, rotas, mochas, incompletas.)
Que te dejo el anillo de compromiso escondido en la cocina.
Que te dejo el bisturì debajo de la almohada, para que talles mi nombre en las madrugadas.
El bate a un lado del burò, por si te atacan los fantasmas risueños cuando no esté.
Un vaso con agua, la luz del baño encendida.
El boiler apagado y la llave de paso, paso...
La basura pasa martes y sábados, en un mes ya no quedará nada mío; recuerda tirar mis promesas llenas de polvo y mi hambre de màs, de siempre màs, de nunca poco, nada, de todo.
Los calentones de leña dan la impresión de que abrazo tu cuerpo, siempre serán las 10 con 10 y siempre serás la candidata perfecta madre de los hijos que nunca tendré, que nunca podré, a los que nunca podré decirles que voy por cigarros y nunca volver.
Como hiciste tù cuando me dejaste frente a la casa y dijiste nos vemos mañana, y el mañana, el mañana, el mañana...