(Si no es el frío, son tus ojos.)
Ella sabía a herida fresca y a otoño con canela.
Ella cantaba con fuego entre estrofas.
Ella pasaba de Octubre a Enero de un brinco.
De café a té, de gloria a infierno, de guayaba a llanto.
Ella viaja de orilla a orilla, de nieve a cactus.
Ella de luna a estrella, de caseta a esquina.
Ella de húmedo a hambre, de falso a faro.
De amor a sexo, de pasado a ficción.
Ella dentro, ella siempre, ella muerte, ella adiós.
Ella siento, ella fuerza, ella vientre, ella Dios.
Ella jaula, ella viento, ella caucho, ella amor.
De hoyo a hoy, de juego a suerte, de cueva a calor.