-Hace mucho que no escribes.
-Es que ya soy feliz.
Correré contigo. En cualquier dirección. A cualquier velocidad. Contra el tiempo, directo al volcán. Ojos cerrados, directo al precipicio. De tu mano. De tu mano nada duele. De tu mano nada amenaza, nada parece un infierno. De tu mano, mis propios demonios se domestican. Creceré contigo. Llenaré el mundo entero con mis raíces. Todo nacerá para ti, por ti, de ti. Yo mismo seré tu obra. Un pedazo de tu espíritu. Un mar de motivos para detenerse. Un baile eterno de tu alma con la mía. La recompensa. El final del camino y el comienzo de la vida. Del amor. El fin de todas las intermitencias. El inicio. Mi inicio. Tú. Tu voz, tus ojos brillando como astros, llenos de vida. Vida por todo mi cuerpo. En la punta de mis dedos. En mis pulmones. En mis arrugas, mis grietas. Vida, en mis labios. Vida en mi cerebro, mis huesos. Vida por todos lados dónde caminas junto a mí. Un cementerio de dudas, de miedos, de rencores, de reproches. Todo ha muerto en tu presencia. Nada pesa tanto como éste amor. Nada, a su vez, me hace sentir tan ligero. Correré contigo, creceré contigo. Corro, crezco, me crezco. Amo. Contigo.
S.T