20.2.17

F.

Primero que nada te ofrezco una disculpa. 

No eres tú. 

Es la vida, la jodida vida. La incierta, insatisfactoria, caótica, desmesurada. 

La pinche vida. 

Luego te observo, muy fijamente y descubro que: Sí, eres tú, claro que eres tú, hijo de la chingada. 

Tú que vienes a sacarme de mi zona de confort, a creer que lo sabes todo -a veces creo que sí. 

Eres tú, jodido arrogante que llegas a besarme y derretirme.

Eres tú y tus putas palabras, tus mares de palabras, tu ráfaga de palabras. 

Tú y tu coraje por no haberme encontrado antes. 

Tú y tu salvavidas. Tú y tu cara de niño imbécil cuando tienes miedo de perderme. 

Tú y tu voz rota cuando gritas y gritas y te quiebras y yo sólo pienso "¿cuánto daño le hicieron antes de mí?".

Eres tú, por las mañanas mientras haces un esfuerzo ridículo por despertarme, tú, cuando me abrazas y me dices -te amo- sin razones aparentes. 

Eres tú, cuando te vuelves gigante sólo por estar dentro. Tú, cuando lloras. Tú cuando escribes. 

Tú, cuando te quedas ahí parado a recibir mis pasteles de mierda en la cara. 

Eres tú y tu parte humana, que no dejas que nadie vea. 

Tú y tus deseos rotos de ser padre. 

Tú y tus venas. Tú y tus pesadillas. 

 Eres tú y tu manera de hacerme sentir que soy un planeta entero. 

Tú y tu absurdo quedarte. 

S.T

11.2.17

Caoba

A caoba. A mierda, a miedo, a recuerdo, remembranza, a jodido, al ayer. 
Pasado, pasado, pasado, pasado, pasado, pasado.
 Me asfixia. Ya lo viví, ya lo sentí, ya, ya, ya. Ya fue suficiente. No, gracias. 
Cuántas veces tiene uno que ver la misma historia? Cuántas veces hasta que se vuelve uno loco. Hasta que uno vomita, hasta que uno se arranca las uñas y la piel y la cabeza completa. 
Éste pasado no me corresponde, éste dolor no me corresponde, ésta vida no me corresponde. 
Vete. 
Vete ya. 
Ya es muy tarde. No lo entiendes. Sigues sin entenderlo. Sigues sin detenerte. 
Cuánto más quieres que duela? Cuánto más puedes pagar? Cuánto te falta? 
A caoba. Tu aliento y tu miedo, y tu odio por el rechazo. Rechazo, rechazo, rechazo, rechazo. 
No me toques, no me beses, no te quedes, no me ames, no me esperes, no me aguantes, no me cantes, no me escribas, no me hagas el amor, no me toleres, no me des todo, no me des amor, no me sonrías, no me hagas feliz, no y no y no no no no no no no no. 
Vete. 
No me gusta esto, no soy esto, no sé de esto, me da miedo esto. 
Vete, vete, vete, vete, vete. 
A caoba. A dolor viejo, a dolor viejo. Ya me habías dolido así, en otro rostro, en otro cuerpo, las mismas palabras, la misma mierda, el mismo pretexto, la misma mierda, la misma mierda, la misma mierda, el mismo dolor, el mismo dolor, el mismo dolor y un cuerpo más jodido. Un alma más agrietada. Una vida más rota. Rota. Rota. Roto. Completamente roto. Lo mismo de siempre con otro nombre. Lo mismo de siempre con otro coño. Lo mismo de siempre con otra sonrisa. Las mismas lagrimas. La misma mierda. La misma re jodida mierda. Caoba. El mismo dolor. 
Un eco. Un eco. Un eco. Un eco.

10.2.17

El cometa.

((Vuela  lento))
Deja que te vea, que mis ojos nunca tengan que preguntar por ti. Que mis manos no se cansen de rasgar en los vacíos. Deja, deja que sea yo el que tiemble de miedo; por la guerra, por la delgada línea entre el amor y la indiferencia, por la monotonía, la tentación, por los reproches y desfiguradas ideas. Deja que sea yo el que se joda a tus demonios, el que se reconcilie con los míos. Deja que termine de adorarte y comience de nuevo. Deja que culpe a la luna, deja te prendo una vela, deja me bebo tu espíritu. Sé mi cometa. Vuela y no te sueltes. Vuela y deja me quedo inmerso. Inmerso con tu danza. Sé un pedazo de cielo y deja que sea yo el hombre del paraguas, el hombre cegado, el por tu luz, el por tu coño. Deja que sea yo el hombre anticuado, el por conservarte, el por mirarte. Deja, deja que sea yo el niño que corre por una pradera infinita con su pequeño cometa azul en la mano.  
S.T