Hagamos un trato. Si yo logro cuidar una plantita sin que se muera, me dejas darte un beso. Con los ojos cerrados, con mariposas y cuervos en el estómago. Uno de esos besos que te llevan a otro más largo, de esos que te llevan a caminar tomados de la mano. De esos besos que cuando abres los ojos ya estás en Indonesia sin saber cómo llegaste ahí. Un beso, de esos que te llevan al altar. De esos que te hacen olvidar lo terrible que puede ser el mundo. Un sólo beso, de esos que te hacen sentir que no morirás solo. Que todo ha valido la pena. Incluso cuidar un simple bamboo.
S.T.