Mamártela y que te vengas sin recordar a ninguna mujer. A tu edad: Mamártela y que te vengas me resulta suficiente. Sebastián, mi pequeño e ingenuo pedazo de infierno. Mi bóveda secreta. Mi lecho de muerte. Sebastián, mi absurdo niño. Mi absurdo mundo. ¿Te he contado del miedo que tengo cuando estás dentro? Pensar que ocupas un lugar en mi universo, sabes a la constelación más complicada de la galaxia. Mi boca es tu medida. Mis temores son tu reto. Sebastián, mi bello Sebastián. ¿Te he contado lo que se siente soñar por años, despierta? Que llegabas, tú, tan espontáneo. Tan desastre y caos. Tan mío. ¿Te he contado? De mis labios, de mis piernas, de mi coño, todo tuyo. Tanto. Tuyo. Coño. Coño. Coño. Coño. Coño. Tanto, tonto mío.
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