28.5.19

Osadías.

No, 
no quiero sólo tus ratos cursilindos 
y perfectos,
tu arcoiris y carcajada.
Quiero tu penumbra, tus desplantes, 
tus crisis, tus arrugas, 
tu "te voy a prender fuego si me dejas", 
tu "ojalá se te caigan los ojos si miras a otras", 
tu temor por envejecer, tu miedo del futuro incierto, 
tu nunca saber qué quieres 
pero siempre saber lo que no. 
Tus lagrimas gordas, mares, tsunamis. 
Tus cólicos, desvelos, tus prisas. 
Tu "odio a todo el mundo, 
me duele todo el mundo",
tu "mejor ya no". 
No te quiero en fragmentitos, 
en cachitos y de lejos. 
Te quiero cerca, más cerca, 
muy muy cerca, casi dentro mío. 
Te quiero monstruo, 
te quiero débil, vulnerable. 
Te quiero hambrienta, 
bruja, roja y mía. 

16.5.19

Los mangos.

Todo ese amor que sale de ella
no es para nada mundano.
Ni toda la paz que siento 
cuando la tengo en mis brazos. 
Ni esa sonrisa que le arranca lo malo a cualquier día. 
O la manera en que hace que todo el tiempo se congele cuando 
camina frente a mí. 
O como pronuncia mi nombre, 
como si nunca antes lo hubiera escuchado. 
Definitivamente no es de éste mundo, 
todo cuánto he logrado sentir 
desde que llegó. 
Esa voz interna e insistente dentro mío "quédate, quédate ahí..."
y sentarme a mirarla
fijamente, 
torpemente, eternamente.  

S.T.