20.10.21

Las batallas.

Sebastián a diario levanta un castillo de arena, 
que yo destruyo de maneras nada creativas.
En un minuto termino con lo que le ha llevado 24 horas construir. Regresa cansado, molesto, a veces triste.
Ahí va otro día, otro día perdido en un castillo que me gusta pero termino derrumbando.                                                                 Hasta las uñas de arena.
 Sebas, ¿Qué te juegas a que esta noche vuelvo a derrumbarlo? Ahora con palabras.                                                              Mañana con silencio. 
                      Que vivo en tus manos, no en tus castillos.
En tus ganas, en tu idea. Que tengo miedo. 
Que soy el mar, que voy a acabar con todo. 
Que nunca te dije, que debí gritarte. Cada vez.
Gritarte cada vez que lo lamento, que todos han sido unos castillos hermosos. Gritarte, cada vez, que lo intentes una, una vez más, que te prometo detener este impulso. Debí, pero ya estoy pensando en el sabotaje de esta noche.

S.T.

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