Como la vez que me diste 2 hojas en blanco y me pediste que escribiera algo para ti.
Y en ese momento olvidé todas las palabras que conocía y cómo combinarlas. Y pensé, caray dos hojas es muy poco, para todo esto que siento aquí
( y señalé mi pecho)
y luego intenté huir y tus ojos me trajeron de vuelta. Y cada día que pasa hay una fuerza con tu nombre, que me golpea por dentro preguntando "¿Porqué yo?". Y cada día que pasa me voy convenciendo que poco importa la respuesta. Y luego pienso en tu sonrisa o en mi mano agarrando la tuya
y digo "por esto".
S.T.
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