Y que no fue cierto, nada, absolutamente nada. Y que te he mentido, te he mentido tanto que casi me lo creo. Te he mentido porque no te quiero, porque no soporto tu boca, porque no me muero de ganas de besarte, te he mentido porque no tolero tu manera de moverte cuando fracasamos en hacer el amor. Porque me patea los huevos cada vez que soplas a mi oìdo que no va a pasar. Porque pierdo mi tiempo construyendo castillos inhabitables. Te he mentido porque no me interesa si te pudres en tus viajes y en tus estudios. Porque por mì, puedes irte a follar con quièn se te dè la gana. Te he mentido porque tù, y tus berreos los he visto mil veces, tù y tus movimientos los he sentido mil veces. Tù, tu jodido andar por mi vida como si fueras dueña de todo, tù y tu manera de sentirte segura, de darme por sentado. Tù y tu hocico lleno de carne cruda, tù y tus lagrimas que no me incumben en lo màs mìnimo porque no eres parte de mì, porque no eres una extremidad, no eres un jodido chicharo. Tù y tu lengua llena de raticida. Te he mentido porque se me revientan las venas de ganas de irme con una mujer bien hecha, con una mujer que sepa lo que es un beso. Una mujer que enmarque el titulo oficial de que es mìa y a diario me diga que todo, que sì, que todo va a pasar, conmigo. Te he mentido porque no tengo los cojones de decirte cariño, que estoy a punto, a una nada, a una raìz màs, a un centímetro, a una mordida, a un coño, a una gota, estoy a un monosílabo de soltarte la asociación màs grande que vas a arrastrar como cruz. Y no te va a gustar.
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