Tu pezón izquierdo se llama Sebastián.
Tu coño, coño, coño, coño, qué coño, tu coño.
(Mientes, mientes cuando me escribes, mientes cuando me hablas, mientes como espuma, Sebastián. Eres un mar, una bola de nieve, un gato jodido, flaco y mentiroso.
Tenerte dentro es el único momento honesto de tu día, o tus ojos, o tu risa, o tus manos en las mías. Mientes, jodido encantador de mierda.
Mientes espalda de abordaje, mientes fuego que eriza...)
Le he dicho que me gusta como la nube más grande y esponjada, que me gusta como la puta más puta de la cuadra, que me encanta, canta y ata.
Que me rompe ola, roca, como gata.
Le he dicho que el invierno me viene grande, la polla me viene grande.
Le he dicho que me quiero comer sus ojos, por decirle que me gusta la forma en que me mira.
No le he dicho que tiemblo, que soy un niño, que no me abrace, que no me ame, no le he dicho que duele,
porque duele a veces mirarla,
no le he dicho que es absurdo, no le he dicho que creo en el infierno,no le he dicho que no duermo, que a veces mientras lloro me pajeo, no le he dicho que ya amo su voz...
(Tampoco me dijiste que eras una liebre, que eras un león imbécil, viejo, de circo.
Tampoco me dijiste que el pasado siempre te tira y te folla por el culo.
Tampoco me dijiste que tu olor idiotizaba, que eras un obelisco, una bestia.
Tampoco me dijiste, Sebastián, que eras un laberinto y un romántico vulgar sin remedio.)
-Tu boca es mi medida.
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