Infinitamente llenarte las dudas de besos, los malos días, los terribles días, los insípidos e insoportables días. Comerme la distancia que hay entre tus labios y los míos con una plegaria. Sazonarte las heridas y lamerlas toda la tarde mientras me cuentas lo mucho que te hacía falta. Nunca mentirte, nunca faltarte, nunca dejarte. Tomar tu cara entre mis absurdas manos y decirte // carajo que no estás sola, que yo soy el omnipresente imbécil que te ha seguido los pasos. Eres mi nube favorita, eres toda la naturaleza que necesito, eres una taza de café por las mañanas. Eres un pecado nunca cometido, mi cajita de música, mi cuento antes de dormir. Eres un pedacito de fe, la única que puedo tenerle al mundo. Y te quiero porque existes, y te quiero porque me lees, porque me hablas, porque quiero ser una hormiguita trabajadora y llegar a ti. Y te odio por nunca lograr hacerlo.
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