24.1.20

Elevador

(Dice que no soporta las cosas rotas. Que no sirven. A veces me pregunto ¿En qué momento se dará cuenta de lo roto que estoy? Que soy un costal de añicos.)
 -¿En qué momento,Sebastián? Lo supe desde la primera vez que soñé contigo. O cuando te vi a los ojos. Eres un espejo roto. Que miedo acercarse y amarte. Que miedo ser tuya. Ruinas. Eso vi en ti. Ruinas. Y sólo pienso en las ganas tan inmensas que he tenido de construir mi castillo justo ahí. En ti. Sembrar semillas en tu pecho y que tu corazón sea un campo inmenso de gladiolas y magnolias latiendo. Un balcón en las cuencas oculares. Un columpio entre costilla y costilla. Una bandera blanca entre tus huevos. Y focos, focos de todos colores cubriendo tu rostro, tus brazos y piernas. Soy yo Sebastián, tu musa escultora. Tu cómplice. Soy yo la que va a levantar un reino dentro tuyo. El más grade. El más poderoso. El más indestructible y se llamará: Nosotros.

S.T.

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