(No es que aquella fuera indomable.)
Es que a ninguna podría romperle,
como a ti.
Es que a ninguna podría
esperar del otro lado del mundo
como a ti.
Que a ninguna le sobra
lo que me falta, como a ti.
Que ninguna haría una fila
de aquí a Estonia
para demostrarme:
lo mujer que es,
lo diosa que es,
lo mía que es.
Que ninguna, ni siendo la más más,
podría aguantarle el ritmo al actorazo que soy: el hombre búfalo, el niño vago, el pobre cabrón, el siempre tuyo.
S.T.
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