23.1.20

La Revolución. Parte I.

(No es que aquella fuera indomable.) 
Es que a ninguna podría romperle, 
como a ti. 
Es que a ninguna podría
esperar del otro lado del mundo 
como a ti. 
Que a ninguna le sobra 
lo que me falta, como a ti.
Que ninguna haría una fila 
de aquí a Estonia 
para demostrarme: 
lo mujer que es,
lo diosa que es, 
lo mía que es. 
Que ninguna, ni siendo la más más, 
podría aguantarle el ritmo al actorazo que soy: el hombre búfalo, el niño vago, el pobre cabrón, el siempre tuyo. 

S.T.

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