Carmen era especial, verdaderamente insoportable. No he podido determinar si más o menos que tù. Pero ciertamente, ambas me reventaban el cráneo. Luego, me besaban.
Conocí a una mujer, ha prendido un cigarro, lo toma y le da la vuelta para entregármelo Luego canta las canciones de tu grupo favorito. Pero ella es educada, tierna y no me dejaría follar, ni coger, se limita a exigirme "hazme el amor". Luego desperté.
Desperté y eras la misma perra, con el mismo pájaro en el hocico. Desperté y eras el mismo caos que me rompe poco a poquito. Y eras todas, eras todo. Eres. Digo, pienso, creo, afirmo, aseguro que eres. Certeza. Error.
¿Sabes lo que le hice al ùnico rubik que he tenido en mi vida? Le he arrancado cuadro por cuadro, para ensamblarlo, y ni asì poder, para reventarlo contra la pared. Para conservarlo por años en una caja y poder tener evidencia de lo imbécil que soy.
Tampoco quiero casarme, y sì, es culpa de Carmen.
Tu confesiòn de un 16 de Diciembre a las 15:33 //Me habría gustado que me dieras un anillo//. Pero bueno, tengo mi propia lista de las cosas que me hubiera gustado que hicieras tù por mì, para mì, conmigo.
O la estúpida promesa de decir que me regalabas todos tus años, que te casarìas conmigo borracha y en la cama. O que tu-juntar-pedazos-para-hacer-explotar-otra-vez plus (carita feliz), o tu absurda peticiòn de que te domesticara para que salieras de tu escondite. O insitir con que Dios se escribe con "d" y que nosotros los poetas somos unos pendejos. O pedirme que te descuartizara y te metiera diez pinches millas bajo tierra. O que te gustaban mis carcajadas. O cuando estoy enojado....
He dado un paso, se reventò mi pie. He tratado con las fuerzas restantes. Dedo por dedo. Ojos, oìdos y dientes. Trauma postguerra. Sonò la puerta, me he tumbado debajo de la cama a llorar. Sigo sin sentir la pierna, que memoria. Que pasiòn. Que coraje. Nadie atiende la puerta de un jodido marica.
Y no, no eres actual, Cariño. Te hablo en pasado. Te escribo y me dueles en pasado.
Y era de suponerse que tu primera vez fue terrible, ¡justo como la ùltima!
Esta mañana despertè con clavos en las muñecas, plantas de los pies. Un dolor terrible en las costillas, la boca con sabor a vinagre...
Me han castrado.