I
Yo no me quedo ni con tus dedos, tus lunares, ni con tu boca, ni con tu columna, no me quedo con tus babas tus berrinches, tus historias, ni con tus cantos, mareos, dolores y tus rayas, ni con una cuarta parte de tu memoria, ni con las uñas, tus ratas, libros, tenis, cansancio, sudor, pecas, arrebatos, almohada, mierda y/o jabones...
Sólo con tus ojos.
II
Nota mental:
No olvidar que cuando la musa está ausente, el poeta mejora.
III
Es una pena del hombre que cae y se arrastra, es un suicidio del hombre que llora y explota y no come. Es un asco del hombre que fuma hasta el amarillo. Es una tragedia del hombre que brinca y no atrapa y no gana. Es una burla del hombre que espera y se quema...
IV
3 2 1, feliz año nuevo.
Las putas de ahora cobran 699 monedas de plata.
El trabajo por adelantado.
Decirte al oído que duele.
V
Verla, verla duele.
VI
Huerfana y analfabeta, a veces muda: la mujer perfecta.
VII
Todo el tiempo me mintió... Pero el tipo ese que se rompe en mil pedazos como vaso contra el suelo, el que no se cansa de los flanes y las fresas, y de ser tapete de vanidades. Pero ese pobre imbécil que se dobla como madera contra el trueno, como el enamorado de los clichès y que nunca le pasan. Como el payaso que le tiene miedo al espejo. Como el pobre diablo, pobre diablo, pobre diablo de una mocosa que ya no es una mocosa, que nunca lo fue y que todo el tiempo me mintió.
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