20.4.13

Tratado de Imbecilidad Parte-me la madre

Seis de la tarde de un jueves cualquiera, 2 de la madrugada de un viernes, lunes a primera hora, martes a medio día...

 Ella se va, no por su fortaleza, no porque no me quiera, sólo se va. 
Yo me quedo, no por mi debilidad, no porque la quiera, sólo me quedo. 
(Luego saca un color rojo, y subraya la mentira equivocada.)

Esta mañana repasé aquella historia. La del tren, la de la ironía con aquella mujer que me salvó de aquella otra. La mujer tren, le digo yo....
Sólo es un recordatorio. Como los colchones en el suelo. Como las caracolas. Como el todas las promesas de mi amor se irán contigo... Como la primera vez que me llamaste "perro" y pensé: Joder, esta mujer acaba de matar al "gato". Y sè que fue a propósito. Como besarme mientras duermo. Como mandarme al diablo durante toda mi jornada laboral- no después porque te da miedo. Como cuidar mis oídos. Como amar mis cicatrices. Como todo eso que no me dices y veo, como todo, absolutamente todo lo que sigues haciendo y me sigue hundiendo en ti. Como todo lo que callas, como todo lo que va a doler, como todo lo que te falta vivir y no será a mi lado. Como todo lo que voy a odiarte. Como todo lo que te he amado. Como todo lo que trato de no recordar, como tus manos ligeras, tu andar, tu risa, como la primera vez que desperté a tu lado, como las puertas rotas, las botellas, como los focos y los cines, como las jodidas caracolas. Como el y el corazón se pone triste contemplando la ciudad, porque te vas...


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