(Siete. Yo digo siete, uno por pecado. Tú dices dos. Uno por regreso.
Uno. Yo digo, por la única.)
Tuyo, por los compromisos a pulmón y parque.
Por los besos a subidas y bajadas. Por detenerte, por bastarte, por besarme y perdonarme.
Por tu coño, siete veces por tu coño, dos por tu sonrisa y una por tus ojos.
Por los clichés y los nosecuántos y por tu costal de celos prematuros, prepotentes, precocidos.
Por tu lentitud y tu exigencia, la demanda y el juicio y el siempre amparo.
Por tus papeles y los míos y mis cartas y tus fieras desde adentro, no tan dentro.
Por tus piernas de columna y siempre muerte, por tus brazos porta garras y tus dientes.
Yo digo siete por la semana entera, dos por uno y uno por tus gritos siempre alegres.
Yo digo por tus mares y planetas y tu isla siempre escape y tus bodegas y lagunas.
Por tu amenaza y tu pistola y mis bolas y mi polla siempre tuya.
Por tu equilibrio siempre errante y ese fondo no tan fondo, rojo negro y siempre azul.
Por esas voces y estos clavos, por esta cruz.
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