Tuve miedo. De llegar, no verte, verte, no sentirte, de llegar y no alcanzarte, de quedarme viejo inerte, de quererte boba necia, de quitarte de un golpe, aceptarte, casarme, por las leyes y las semanas. Tuve miedo mariposa de no explicarme cómo escribir, que no me aparte de tus manos, de escucharte bien lejos a lo lejos siempre lejos. De oler, que tienes otro olor vainilla y de sentar que cruzas la otra pierna. Y que no entiendas que me debes de leer de c o r r i d i t o porque el demonio me persigue cuando me tomo mi tiempo y sabes que besas tan rico que por eso odio cuando tu boca está lejos? Y que odio tus manos, y que odio que el mundo sea tan grande y se empeñe y se empeñe duro en rompernos. Que tuve miedo de no explicarme por milesima vez que cuando te vi nunca pensé que ibas a ser la mujer de mi vida, pero que luego de dos, tres desastres de esos que sólo tú sabes hacer, me convencieron de irme al infierno, pero siempre a tu lado. Yo no voy a verte con ese vestido de novias. Yo no voy a sentarme de mediador con los suegros que ya no se saben besar, como cuando te beso y te quitas y te beso y te quitas y te beso y me despierto y ya no estás. Enamorado, enamorado, dice de este hombre que no sabe recibir más disparos de los que tú puedas ajusticiar.
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