(¿Qué te juegas a que no sabes cuánto y porqué te quiero?)
Y me le quedo viendo tratando de recordar
ese momento para siempre, ese rostro.
Memorizar cada lunar,
los movimientos que hace con las manos
como si fuera amante del aire.
Y me le quedo viendo pensando
cuándo fue la última vez que sentí
tan tibio el corazón,
que sentí que las manos y el pecho
se prendían en fuego, cuándo la última vez
que tuve todo éste miedo.
Y me le quedo viendo pensando
el tamaño del hueco que va a dejar
si se marcha,
el tamaño del vacío que nunca podría llenar,
ni con todas las ganas
que tengo de amarla,
ni con todas las ganas
que tengo de conocerle su primer arruga,
ni con todas las ganas
que tengo de despertar a su lado una vez más,
ni con todo lo que me duele a veces ser yo.
Y me le quedo viendo y no sé...
no sé cariño, ni cuánto, ni porqué me quieres.
Pero ya lo haces.
S.T.
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