Y resulta que estabas en el último escalón. Esperando sutil.
Esperando mía, llena,
con un sinfín de amor
que dudo merecer,
pero deseo hacer.
Y resulta que no estaba tan equivocado,
y el amor si es esto:
de pensarte,
y soñarte y
esperarte.
Esperarte ~errando~
como lo he hecho
toda mi vida.
Harto del tiempo, aletargado.
Para que llegues
a abrumar mi existencia.
A rescatarme,
a reclamar las ruinas
de algo que creí ser,
y a construir
el mundo que te plazca
sobre él.
S.T.
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