25.6.20

El impacto.

Me he topado con tu sonrisa 
cada que doy un tropiezo. 
O soy el hombre más simpático
que ha pasado por tu vida, 
o eres la mujer más risueña 
que he conocido en la mía. 
Mis miedos: tu sonrisa. 
Mis silencios, mis monstruos, 
mis ausencias, mis dolores, 
y lo que nunca puedo olvidar:
 tu sonrisa.
        Como centro de nuestro universo. 
¿Qué cosa no podría yo enfrentar
 sólo por mirarte? 
("Son ojos de amor, bruto!")
Me sigue resultando absurdo 
que no podamos soltarnos. 
Supongo que así es la simplicidad 
del amor: Tú me sonríes y yo quiero 
tomar tu mano el resto de la vida. 

S.T.

19.6.20

Memorama

(Te escribo desde mi trinchera favorita. Donde no puedas ver el pánico que tengo. Donde no te pase por la cabeza lo pequeña que puedo llegar a ser. Por ti, o sin ti. 
Te escribo mientras tambaleo entre el "hubiera" y el "podría". Entre quedarme y dejarte ir. Como si eso fuera posible,
                         niño, mi niño tan bruto. 
¿Qué me hiciste que no puedo imaginar un mundo sin tu torpe manera de abrazarme, sin tus descontroladas ansias y tu rechingada sonrisa de tonto? 
Te escribo desde el rinconcito que nadie en el mundo imagina. Que nadie en el mundo podrá igualar. Porque dentro, muy dentro de todo éste miedo que me hace temblar, hay un amor tan inmenso como el que llevas tú en el pecho -y que se te sale por los ojos cuando me ves llegar. Y también te escribo desde ahí: desde tu pecho, porque es mi lugar favorito. 
Porque ahí nada importa. 
Porque ahí nada tiene nombre. 
Porque ahí se detiene el tiempo y por momentos, existo.)

S.T.

11.6.20

El rompecabezas.

No recuerdo cuándo fue la primera vez que tomé tu mano. Pero recuerdo la última. Sentí que manejaba al fin del mundo y que nada podría colapsar. 
Aún colapsando el mundo mismo. 
Aún colapsando tu cora junto al mío.
 Aún con las estadísticas y las apuestas y los terribles pronósticos. 
Pero yo tomado de tu mano era otro.
Siempre otro. Uno menos bruto, uno menos bestia, uno más humano, uno más amado. 
Uno, contigo. Me vuelvo un nosotros, un gigante, un dios, un "que venga lo que venga", un para siempre y un nunca más y un perdona la tontería y un sinfín de rinconcitos dónde quiero besarte. En aquella galaxia, y aquella otra y llevarte al mar y llamarte mía y reír a carcajadas sin saber que está pasando. ¡Que estamos pasando! Que somos nubes. Que te quiero tanto,  que tanto es poco. Que me quieres tonto. ¡Que tonto es poco! Que me vuelves loco. Que ¿dónde habías estado? Que lo encontramos todo roto, que nos va a llevar tiempo. Que ese sea el pretexto, mientras le atino. 

4.6.20

Las patadas.


El aeropuerto.

Lo verdaderamente complejo serìa despertar sin ti. 
O tù sin mì. 
Porque a veces creo que nos hacemos la misma falta. 
Que te costarìa el doble levantarte por las mañanas. 
Que yo no podrìa volver a mencionar tu nombre sin que me arda el pecho. 
Lo verdaderamente complejo serìa encontrar otro cuerpo y llamarlo hogar. 
Rezarle a otra diosa, besar otros labios, encontrar otra musa.
Y nunca volver a confundir nada con el amor. 
Lo tràgico, cariño, serìa volvernos mundanos si un dìa nos faltamos. 
Lo insoportable tendrìa que ser leerme en todas partes, 
y yo encontrarte en otras tantas. 
O lo que es peor. No encontrarte en ninguna. 
Lo que tendrìa  que bajarte las bragas del miedo es saber 
que jamàs nos vamos a olvidar. 
Que jamàs nos vamos a repetir. 
Y yo no podrìa con tanto cargo de conciencia. 
Yo no podrìa con tanto vacìo, con tanto dolor y con tanto, tanto amor. 
Por eso no hago otra cosa màs que derramarlo dentro tuyo, 
como si supiera de ante mano lo que dolerìas. 
Como si supiera de ante mano lo que extrañarias. 
Como si toda mi vida hubiera esperado por ti. 
Sentado frente a la nada. 
Hasta que te vi.


S.T.

1.6.20

El llano.

Siempre creí que sería fácil soltarte. Dejarte a la mitad del camino, sonreír y agradecer. Pero olvido que soy tu niño. Que a tu lado vuelvo a tener 5 años, que a tu lado vuelvo a estrenar una sonrisa por día. Que a tu lado el mundo duele menos. Siempre pensé que vendrías a salvarme. Y tomar mi mano fue la manera que elegiste para hacerlo. Como si juntos pudiéramos con el monstruo de lo incierto. Como si yo besara tu frente y te hiciera una diosa. Como si tú besaras mi nariz y me hiciera inmortal. Como si nada pudiera hacernos daño, ni nosotros mismos. Mientras estemos juntos. Sin soltarnos.

S.T.