8.12.20

144

Quiero crear momentos contigo. 
Perpetuar el "recuerdas cuándo..." 
                        a tu lado. 
Y que mi única tarea sea acomodarlos de uno a uno, de acuerdo a cuál te sacó la sonrisa más grande. Cuál hizo que se me pusiera más rojo el cora. 
Con cuál me amaste tanto 
que ni tú misma lo podías creer. 
Terminar el día discutiendo 
quién ha cedido más veces
 y saber que muy en el fondo,
                        eso es el amor: 
Tu necedad y la mía creando recuerdos. 

S.T.

3.12.20

Agua de melón.

Estoy envejeciendo.
Me pregunto si al final del día terminarás besando mis arrugas. Si tomarás mi mano señalando el pecho y dirás 
"esta cicatriz se parece a nosotros".
 Y en voz muy bajita:                                                             Aprendimos a amar. 
Y te contaré acerca del nudito de garganta que se me hizo por escucharte decir eso.
                  Y terminaré haciendo un brindis, 
un brindis por el arbolito de navidad, 
otro brindis por tus ojos y uno más:
                               por nosotros.
          1101 veces por nosotros.

S.T.

7.11.20

La cerámica

El amor, de ser tú mismo 
y que ella voltee
y diga:                "Es esto lo que amo". 
Y señale tu cara, y señale 
                                           tu cora
 y te señale a ti completo.

S.T.

2.11.20

Ray-mundo.

No sabía que iba a extrañarte tanto, 
hasta que me quedé mirando el closet que pusiste en casa. Ni sabía que iba a doler de esta manera hasta que un tornillo                     -de la chapa que también pusiste tú, -se cayó al suelo y me desperté de golpe. 
Luego me hizo eco la última vez que intentaste levantarme en brazos                                                    y yo ya era muy pesado, o era el mismo costal de huesos de siempre, pero tú ya no tenías la misma fuerza. 
Nuestros gigantes jamás colapsan frente                                  a nuestros ojos. 
Por eso he tenido que cerrarlos                                                                cuando te fuiste. Por eso sigo pensando que vas a arreglar esa chapa, un día.
          Uno de estos días. 

S.T.

8.10.20

Carne roja.

(Recordé por la tarde que el otro día me he quedado mudo mientras te abrazaba y me preguntabas: "¿te gusta la navidad?" )
Como si finalmente supiera qué quiero de regalo. Querido santa, dos puntos y aparte,                  la quiero a ella y al tiempo, 
que me dejes detenerlo cuando me abraza, o que nunca permitas que se me olviden sus palabras. Que logremos llegar al final del camino. Que se vuelva fanática de mis canas y vea un atajo a un mundo distinto en cada una de mis arrugas. Que siga siendo ella, que jamás me permita rendirme y que explote de rabia cada vez que me vea con la intención de desviarme del camino. También quiero una bicicleta. Pero te hago énfasis en ella, porque es bonita y sabe cosas. Y a veces su corazón y sus ojos hablan el mismo idioma que mis ganas de detenerme. 
(Justo aquí con mis brazos rodeando tu existencia: Sí, me gusta la navidad.)

S.T.

9.9.20

Delirium

He visto imperios caer mientras encuentras las llaves del auto. 
Colapsar uno a uno mis intentos de huir, mientras logras salir de la cama. 
Y he encontrado en cada beso que me das, motivos para construir un reino. 
Así, con besos todos chiquitos cubriendo cada muro, así con un te quiero tanto y un te amo escapista. Y me encuentro frente al espejo como un intruso, desde que firmas por todos lados que te pertenezco. 
Y termino de rodillas adorando lo que hemos sido desde que pasaste inofensiva frente a mí. Y hasta la fecha, hasta la fecha cariño, no dejas de pasar. Y de recorrer, y de inundar y de habitar cada centímetro de mi existencia. Y tu amor me tambalea, me sacude y a la vez me mantiene anclado, ahí donde no existe otra cosa más que un ~por fin~

S.T.

31.8.20

El viaje.


Y te amé, a pesar de mi propia advertencia. Y empecé a amar en ti cada peculiaridad. Cada grieta y cada espacio que me aferré en ocupar. Por si un día nos faltabamos. Por si un día y otro día y tantos días, mi amor. Y puse la última esperanza que me quedaba: para ti. En esta cajita del tamaño de tus manos. Y aprendí a esperarte en el mismo lugar que me dejaste. Y aprendí a ser yo, y a jamás volver a callar todo lo que mi cora grita. Te grita. Y terminé sediento de ti y del nosotros que tanto anhelo. 
Y terminé cerrando los ojos, pidiendo que nunca te falte éste todito yo. Y que nunca me sobre ese todito tú. Y volvernos invencibles, incluso contra nosotros mismos. Y me volví a asomar al futuro, sólo para confirmar que sigue teniendo tu nombre. 
S.T.

20.8.20

El camino Parte I.

          (Tenía tanto miedo de llegar a la cima, hasta que tomé tu mano.)
Pude imaginarnos como reyes del mundo desde que me llamaste tuyo. 
Logré entregarte en su mayoría a mis demonios. Y lograste enamorar a los que quedaban sueltos. No le llamo magia, siempre que te veo le llamo amor. 
Y me quedo en silencio, ahí sentadito donde me dejas a esperarte, 
ahí donde construimos cada uno de nuestros sueños. 
Y descifras cada uno de mis miedos 
y te encargas de esfumarlos. 
Pude imaginarnos logrando todo desde que no me sueltas. No le llamo destino, siempre que te beso le llamo Dios. 
Y me quedo ahí sonriendo donde preguntas cada instante qué tengo. Y te tengo a vos. 

S.T.

11.8.20

Apolo

Te he pedido paciencia, porque en el arte de amar soy tan bobo. Porque te amo brusco, a gritos y sin freno. 
Porque me vuelvo un toro.
 Porque el vacío sería no amarte 
como si me quedara un día. 
Te miro y me dueles un poco:
por si te marchas, por si la ausencia,
 por si la vida. 
Te he pedido que abras los ojos, tus hermosos ojos, y te entren mis letras 
y se instalen y nunca olvides
 lo que ahora te escribo... 
               La paz que he sentido desde que puedo llamar a tu cuerpo: mi hogar. 
Te miro y me crezco un poco:
por si te quedas 
y me sigues viendo como el hombre invencible que a veces crees que soy. 
Por si lo logramos. ¡Que lo hicimos!
Te he pedido que esperes, 
que te quedes, que no me sueltes 
y juro que yo no me voy.
S.T.

6.8.20

La avioneta.

                                          (Me detengo. 
Porque mi camino comienza contigo.)

Pasaba por aquí para inmortalizar el día que se detuvo tu cora. 
Tenías esos ojos que brillan tanto que le dan vida a los míos. Y estabas tan hermosa que yo seguía divagando entre la duda y la euforia del :
               ¡Que suerte tienes cabrón! 
Y podía al mirarte ver el castillo que hemos construido. Y podía jurar que por dentro sonreías. Y que antes de que algo en tu pecho estallara, sentías un millón de búfalos corriendo dentro tuyo. 
         ¿Ya me dices muy bajito qué se siente
 ser el amor de mi vida?

S.T.

26.7.20

La cajetilla.

Creo que los domingos se inventaron para sentarme en la esquina de un rinconcito dónde pueda repasar porqué te amo. 
Recorrer el día 1 y rascar todos los detalles desde entonces. Tus inagotables maneras de decirme que cada día puedo ser un mejor hombre. 
Que ya lo soy. Que a veces no lo veo. 
Y tus tiernas formas de aferrarte al nosotros. De nombrar todo en plural para que yo sepa que eres mi cómplice.
Tus besos como enemigos de todos mis demás vicios. Y tu cuerpo como el motor del mío. 
Creo que los domingos se inventaron para que extrañarte se transforme en un pretexto para hacer las paces con el universo. 
Para agradecer por tu llegada 
y pedir que nuestros caminos
 nunca se alejen. 
Y saber que podremos enfrentar 
tantos domingos sean necesarios.
Juntos. 

S.T.

19.7.20

La elección.

Podrìa soltar tu mano, desprender tu corazòn del mìo
y cerrar lo nuestro como un ataúd.  Si no fueras tan tù.
Si no tuvieras esas formas de mantenerme loco a tu lado, 
temblando de miedo, muriendo de risa, iracundo de celos 
y al final del dìa enamorado. A tu lado. 
Podrìa desearte la mejor de las suertes, 
pedir por ti y decir "estamos en contacto". 
Si no imaginara tu mano y la mìa como protagonistas 
de todo lo infinito e irreversible. Si no se me hiciera pequeño el mundo
 al pensar en perderte. Si no colapsara dentro de un universo que no conozco, 
cada vez que te siento ausente y temerosa. Podrìa seguir cuesta abajo, 
escarbar un poco màs y despedirme sonriente. 
Si no encontrara el sentido de mi propia existencia mientras te hago el amor. 
Si no me repitiera a gritos, el cuerpo entero 
que no me vuelvo a encontrar una mujer como tù. Si no me explotara el cora 
cuando repites que me amas y me bastara mirarte para creerlo.
Y saber que lo haces un poco màs de lo que desearìas.
Como si fueramos 2 niños que lo ùnico que han aprendido en su vida es a salir corriendo. 
Podrìa salir corriendo, justo en èste momento, 
 pero sòlo si fuera detràs tuyo, o mejor aùn: si fuera a un lado tuyo. 
Podrìamos. 

11.7.20

Definiendo el amor Parte I.

-El amor es...(me quedo en blanco) y ella me interrumpe para decir en voz muy baja:
-Sebas: El amor es ese nudo que se te hace en la garganta cuando no sabes cómo decirme que prefieres que se te acabe el mundo a quedarte sin mí.
O el torpe modo en que intentas arreglar el caos que tú mismo ocasionas. 
El amor, mi pequeño búfalo, son todas y cada una de las veces que me he querido aventar por un barranco y tú me detienes. Todas y cada una de las ocasiones en que hemos intentado huir y terminamos más juntos que nunca. 
El amor, mi amor, es lo que pasa por tu mente cada mañana que abres un ojo y no te la crees. O es el súper poder que tienes de hacerme reír cuando todo es un infierno.
 Y todo eso que rechazas en la vida, todo lo que dejas ir, lo que entierras y cada pequeña decisión que tomas pensando en el castillo que estamos construyendo. 
El amor son tus ojos y tus manos y tu euforia desquiciada recorriendo cada centímetro de mi existencia. El amor es la casualidad. La causalidad. La espera. 
La recompensa. La vida entera. Esto.

S.T.

4.7.20

Pertenecer Parte I.

Te dejarìa con un beso pendiente cada vez que te viera, 
eso me darìa la garantìa de tener que encontrarnos de nuevo. 
Que llegaras un dìa a cobrar absolutamente todos los besos que no nos hemos dado. 
Por bobos, por que no hay tiempo, porque no te entiendo, 
porque el miedo se ha tomado bastante en serio su trabajo. 
Te dejarìa a medio cerro hasta que me grites te amo. 
Y te esperarìa a la vuelta de una esquina durante los siguientes 3 años. 
Y le declararìa la guerra a todo lo que no florezca cuando nos abrazamos. 
A todo lo que desconoces de mì, a todo lo que temo de ti. 
A tus silencios y a tus maneras de romperte. 
Te prometerìa compartir el resto de la vida el dentífrico si puedo seguir mirando esos ojos. 
Si puedo seguir creyendo que podemos terminar una película 
sin querer devorarnos el uno al otro. 
Si puedo seguir apostando mientras me aviento a un abismo: que terminaremos juntos. 
Te dejarìa elegir el nombre de todos nuestro hijos, 
hacer la lista del supermercado 
y que te lleves mi cora sin ninguna explicaciòn. 

Y me permitirìa acompañarte durante todo el viaje de esta montaña rusa llamado amor. 
S.T. 

25.6.20

El impacto.

Me he topado con tu sonrisa 
cada que doy un tropiezo. 
O soy el hombre más simpático
que ha pasado por tu vida, 
o eres la mujer más risueña 
que he conocido en la mía. 
Mis miedos: tu sonrisa. 
Mis silencios, mis monstruos, 
mis ausencias, mis dolores, 
y lo que nunca puedo olvidar:
 tu sonrisa.
        Como centro de nuestro universo. 
¿Qué cosa no podría yo enfrentar
 sólo por mirarte? 
("Son ojos de amor, bruto!")
Me sigue resultando absurdo 
que no podamos soltarnos. 
Supongo que así es la simplicidad 
del amor: Tú me sonríes y yo quiero 
tomar tu mano el resto de la vida. 

S.T.

19.6.20

Memorama

(Te escribo desde mi trinchera favorita. Donde no puedas ver el pánico que tengo. Donde no te pase por la cabeza lo pequeña que puedo llegar a ser. Por ti, o sin ti. 
Te escribo mientras tambaleo entre el "hubiera" y el "podría". Entre quedarme y dejarte ir. Como si eso fuera posible,
                         niño, mi niño tan bruto. 
¿Qué me hiciste que no puedo imaginar un mundo sin tu torpe manera de abrazarme, sin tus descontroladas ansias y tu rechingada sonrisa de tonto? 
Te escribo desde el rinconcito que nadie en el mundo imagina. Que nadie en el mundo podrá igualar. Porque dentro, muy dentro de todo éste miedo que me hace temblar, hay un amor tan inmenso como el que llevas tú en el pecho -y que se te sale por los ojos cuando me ves llegar. Y también te escribo desde ahí: desde tu pecho, porque es mi lugar favorito. 
Porque ahí nada importa. 
Porque ahí nada tiene nombre. 
Porque ahí se detiene el tiempo y por momentos, existo.)

S.T.

11.6.20

El rompecabezas.

No recuerdo cuándo fue la primera vez que tomé tu mano. Pero recuerdo la última. Sentí que manejaba al fin del mundo y que nada podría colapsar. 
Aún colapsando el mundo mismo. 
Aún colapsando tu cora junto al mío.
 Aún con las estadísticas y las apuestas y los terribles pronósticos. 
Pero yo tomado de tu mano era otro.
Siempre otro. Uno menos bruto, uno menos bestia, uno más humano, uno más amado. 
Uno, contigo. Me vuelvo un nosotros, un gigante, un dios, un "que venga lo que venga", un para siempre y un nunca más y un perdona la tontería y un sinfín de rinconcitos dónde quiero besarte. En aquella galaxia, y aquella otra y llevarte al mar y llamarte mía y reír a carcajadas sin saber que está pasando. ¡Que estamos pasando! Que somos nubes. Que te quiero tanto,  que tanto es poco. Que me quieres tonto. ¡Que tonto es poco! Que me vuelves loco. Que ¿dónde habías estado? Que lo encontramos todo roto, que nos va a llevar tiempo. Que ese sea el pretexto, mientras le atino. 

4.6.20

Las patadas.


El aeropuerto.

Lo verdaderamente complejo serìa despertar sin ti. 
O tù sin mì. 
Porque a veces creo que nos hacemos la misma falta. 
Que te costarìa el doble levantarte por las mañanas. 
Que yo no podrìa volver a mencionar tu nombre sin que me arda el pecho. 
Lo verdaderamente complejo serìa encontrar otro cuerpo y llamarlo hogar. 
Rezarle a otra diosa, besar otros labios, encontrar otra musa.
Y nunca volver a confundir nada con el amor. 
Lo tràgico, cariño, serìa volvernos mundanos si un dìa nos faltamos. 
Lo insoportable tendrìa que ser leerme en todas partes, 
y yo encontrarte en otras tantas. 
O lo que es peor. No encontrarte en ninguna. 
Lo que tendrìa  que bajarte las bragas del miedo es saber 
que jamàs nos vamos a olvidar. 
Que jamàs nos vamos a repetir. 
Y yo no podrìa con tanto cargo de conciencia. 
Yo no podrìa con tanto vacìo, con tanto dolor y con tanto, tanto amor. 
Por eso no hago otra cosa màs que derramarlo dentro tuyo, 
como si supiera de ante mano lo que dolerìas. 
Como si supiera de ante mano lo que extrañarias. 
Como si toda mi vida hubiera esperado por ti. 
Sentado frente a la nada. 
Hasta que te vi.


S.T.

1.6.20

El llano.

Siempre creí que sería fácil soltarte. Dejarte a la mitad del camino, sonreír y agradecer. Pero olvido que soy tu niño. Que a tu lado vuelvo a tener 5 años, que a tu lado vuelvo a estrenar una sonrisa por día. Que a tu lado el mundo duele menos. Siempre pensé que vendrías a salvarme. Y tomar mi mano fue la manera que elegiste para hacerlo. Como si juntos pudiéramos con el monstruo de lo incierto. Como si yo besara tu frente y te hiciera una diosa. Como si tú besaras mi nariz y me hiciera inmortal. Como si nada pudiera hacernos daño, ni nosotros mismos. Mientras estemos juntos. Sin soltarnos.

S.T.

26.5.20

La pelìcula.

(Me he quedado embobado mirando una cuca en el techo.) 
Me sudan las manos, empiezo a llamar todo con tu nombre.
 A confundirlo todo con el miedo. 
(Cuando estoy dentro de ti no le temo al mundo.)
 El cabròn màs inmortal del condado. 
Cierro los ojos y pienso en tu olor. Lo cerca que te he tenido. 
Una carrera de caballos y el mìo el es el ganador. 
Me paraliza pensar que fue un sueño. Como las ùltimas 4 noches 
que he soñado contigo y despierto a punto de nombrarte.
 "Eres tan terco Sebastiàn, ahì vas a irte de hocico"
Que no, que no es tan grave. Que sòlo son tus ojos, tus manos quizàs. 
Que sòlo son tus labios, tus labios besando, 
tus labios pronunciando mi nombre como si nadie lo hubiera pronunciado antes. 
Que no, que no hay de què preocuparse. 
Que sòlo es tu cuerpo y tu voz y tu sonrisa y tus maneras de tenerme inquieto y boquiabierto.
 Que sòlo es tu cuello y còmo despiertas a la bestia que llevo dentro, diciendo "yo no hice nada"
Que no es para tanto, que tenemos todo bajo control. Que ni siquiera le hemos puesto nombre. 
Que son sòlo detalles. 
S.T.

18.5.20

Tiramisù

De seguro alguna vez escuchaste cuando dicen que las cosas se ganan. 
Y luego pensè en ti, luego pensè en mì. 
Que tambièn las cosas se pierden. 
Y me quedè tan quieto que apenas podìas verme pestañear. 
¿Què te juegas a que no vas a saber què hacer sin mì? 
Asì, sin todo yo. 
Sin el costalito de huesos, asì ,sin la sonrisa chueca y el ceño fruncido. 
¿Què te juegas a que extrañas las arrugas que dices que no tengo? 
Y los besos que te falta por darme.
 Que extrañarìas mi mano cuando deliberadamente toma la tuya 
y por un momento no sabes què hacer con eso que te late en el pecho. 
Dime ¿què apostamos a que el cafè nunca serà el mismo despuès de mì?
 Ni tus mañanas, ni tus ojos. 
Ni las veces que dices mi nombre y me siento un poquito màs tuyo que mìo. 
¿Te imaginas lo lejos y lo alto que podrìamos volar si el miedo no nos agarrara de los huevos?
 El tic toc que nunca escuchamos. 
El "tenemos tiempo"... 
Que se vuelve un eco, con tu voz.
S.T.

17.5.20

Tambalear

(Es que el mundo, el mundo es un lugar enorme y horripilante. Y me asusto, me asusto mucho. Quiero salir corriendo, agarrarte de los huevos y salir corriendo lo más lejos que se pueda de aquí. Porque soy poquito cobarde, y egoísta, y a veces bien pendeja. Es que, Sebastián, yo no tengo ese cinismo, esas canalladas tuyas, esa forma de mandar al diablo todo como si no importara. Y yo sé que si estoy contigo no importa. Pero hay un no sé qué, que no sé cómo ni cuándo que me enchina la piel y me pone a temblar en un rinconcito y me hago chiquita, chiquita. 
Y me quiero meter en la bolsa de tu camisa y ser tu problema, y ser tu responsabilidad y ser tu karma, y ser tu vida, tu galaxia, tu niña.  El problema es que me sueltas la mano y se me acaban los poderes.
El problema es que no me estás viendo a los ojos y mi esqueleto entero se vuelve gelatina y no sé dar un paso sin tu tosca forma de guiarme. El problema es que no estás pegado a mí como una sanguijuela las 24 horas del día y yo así no sé tomar decisiones. El problema es que estoy chiple, que soy un pedazo de capricho salido de tus peores infiernos. El problema- mi amor, mi tonto toro- es que mis entrañas están empanizadas con tus deditos. El problema es que cuando agarro fuerzas para irme: me empieza a dar frío, me empieza a dar calor, me empieza a dar hambre y sueño y sed, me empieza a doler todo el cuerpo, se me nubla el alma y me detengo. Me detengo y pienso en tus dientes, en tu cuello, en tus manos, en tus gritos y tus llantos, en tu forma y en tu fondo, en cómo el universo entero se ensañó para que estuviéramos juntos.  
Me detengo y pienso en todas las veces que se me hace un nudo la garganta y no puedo gritarte que me ames, que me consumas y que nunca me dejes. 
Me detengo, me detengo y pienso que el mundo es un lugar enorme y no tan horripilante.)


S.T.

10.5.20

Bruto

Si me besas, pierdo.
Si me besas, pierdo, pierdes, pierden.
Si me besas, me pongo a conjugar el verbo absurdo.
-Él Nosotros, Ella Nosotros, Ellos Nosotros, Nosotros Nosotros.-

S.T.

9:45

Y escucha bien las historias de tu padre. 
Y cómo las repite al mismo tiempo tu madre. 
Escucha muy bien, porque un día 
tú serás el portavoz. 
El encargado de volverlos inmortales. Eternos como el amor que te tienen. 

S.T.

9.5.20

La sandía.

(Juramos en vano quedarnos quietos.)
                Con tu cuerpo ¿cómo?, 
               con mis manos ¿cómo?
Si no he podido desprender tu imagen, 
              tu voz en el eco eterno 
~que bobo sos~ 
Porque soy tu bobo. Porque soy tuyo. 
Porque me dices muy bajito 
"no te vayas, te he extrañado" 
Y de nuevo comienzan a galopar 
un millón de caballos salvajes dentro mío.
Y de nuevo recuerdo qué me trajo a ti.
Y de nuevo te quiero sentar en el borde de una galaxia y ver 3 mil atardeceres. 
Y jurarte que cuando salgamos de esto, jamás soltaré tu mano.
Que nunca he querido. 
Y que nunca he querido a nadie como a ti. Así como en las pelis 
y los libros 
y los sueños. 
~Así de bobo sos~ dirías otra vez 
mientras sonríes y tu voz se vuelve el soundtrack de mi futuro entero.
 

S.T.

29.4.20

La cuchara.

Averiguamos muy pronto
cómo funciona el amor.
Inmediatamente. 
Era una simple negociación:
"Tú haces todo lo que pase por mi mente 
Y yo te doy muchos besos."
                             -Acepto.

S.T.

25.4.20

La mesa.

                    ¿Y si te digo que no hay lugar en el mundo en el que yo prefiera estar más que dentro tuyo? 
Y llamarte mi hogar y a veces mi guerra. 
Y decirte muy bajito: 
"ya sabes qué prefiero". 
E imaginar que sonríes,
e imaginar tus ojos y tu voz, 
haciéndome eco en cada rincón. 
Y que me llames tu necio,
tu bobo y tu todo. 
Y que no puedas, 
que no puedas soltarme porque me pierdo, porque te nublas, porque no hay más.
Y que le llames como le llames
bien en el fondo,
nosotros somos amor. 

S.T.

21.4.20

Gravity.

Y me ha dicho muy bajito, 
que siempre hay que agradecer todo 
y casi siento que toma mi mano,
casi siento que mira mis ojos, 
(mientras me agradece por ser yo.)
                                               Y yo congelado, 
                                        entre tantos limbos, 
              agradecido de haberla encontrado. 
Y con unas ganas inmensas 
de hacerle justicia
a todo lo que hemos deseado. 

S.T.

8.4.20

La alberca.

(¿Qué podría salir mal ahora que finalmente estás conmigo?
Que te dejara- dijiste.) 
Y por un momento le tuve miedo al mundo, 
y me quedè màs paralizado que de costumbre. 
Como cuando me besas sorpresivamente 
y me vuelvo un tomate pequeñito.
 Como cuando veo fijamente mi mano tomando la tuya
 y ni por un momento imagino lo terrible que serìa soltarla. 
Como cuando me repites que me quieres 
y siento el centro de la tierra latir en mi pecho. 
Como cuando dices "no, ya no
y me quedo en el limbo, aturdido de ternura. 
Paralizado.
Como habernos encontrado en medio de tanto caos. 
Como decir tu nombre antes de dormir y que no lo sepas. 
Como desearlo todo si es contigo. Como colapsar dentro de ti. 
Y confiar que todo esto, al final del día 
ahuyentarìa cualquier demonio.
S.T.

5.4.20

Lo tomo.

                   No hay vuelta atrás. 
Voy a quererte tanto como te he deseado. A llamarlo todo con tu nombre. 
A detener el tiempo en tu presencia. 
                  (Y temblar cada tanto
               pensando en que te irás.)
No hay manera de detener esto. 
Somos un volcán. 

S.T.

28.3.20

132 km

Tratando irremediablemente de mostrarte: cómo te ven mis ojos, 
cómo te sienten mis manos. 
La fuerza con que late cada espacio 
dentro de mí, 
ahora que habitas en mi mundo.
El detener del tiempo, 
las horas muertas en que no te veo. 
Las horas como fénix si te pienso. 
El abrumarme con los 
"contigo todo, contigo siempre". 
Y sostener la respiración por segundos, 
y estrenar la sonrisa 
y estallar dentro tuyo. 
Y nombrarte mi dueña, 
y dar un pasito a ver cómo pinta el futuro
y que lleve tu nombre.  

S.T.

25.3.20

T.

(Nunca te he pedido nada)
Salvo quererme y que lo llames 
de otra forma, para no salir corriendo. 
O pedirte que me alcances si llego a hacerlo. 
Que nunca me digas que no, 
que seas mi <sí> eterno,
mi <sí,un ratito, mientras te quiero.>
Nunca, nunca te he pedido nada: 
ser dueña de tus suspiros, 
tus sonrisas.
Y también de tus silencios.》
S.T.

22.3.20

Quack.

Mis libros y mis huevos y mi boca y mis manos a tu nombre. Mis dolores, mi cansancio y mis ojeras a tu nombre. 
Y una que otra nube a tu nombre. 
Te estoy viendo dormir, te estoy viendo, te estoy viendo. Me estoy viendo a tu lado, tragándome todo lo que sale de ti, empezando por tus tristezas, pasando por tu coño. Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo tuyo y cada vez menos mío. 
Me estoy volviendo humano, me estoy cayendo a pedazos. Me estoy enamorando de tus tropiezos, de tus defectos, de tus inevitables, de tus constantes. 
Del laberinto y el nudo que somos. 
S.T.

20.3.20

El árbol de naranjas.

¿Recuerdas, mi amor, aquélla vez 
que estabas en el hospital 
con tu cara pálida y tus manos temblorosas? 
Sentado, como un niño indefenso, escuchando atentamente : 
"Señor Trento, usted no podrá tener hijos, hay un proble..."
Y todo se volvió un eco, 
y tu casa de cristal se cayó al suelo, 
hecha añicos. 
Mi hombre de las cavernas 
¿Recuerdas lo enojado que estabas? 
¿Y recuerdas que yo aún no llegaba a tu vida?
A decirte: Yo soy tu tierra y tu cansancio
y tu espejo y tu jodido universo 
y no necesitas nada más. 
Nunca más. ¿Recuerdas?


S.T.

19.3.20

Aterrizaje.

¿Te puedo conservar en el frasco más pequeño que encontremos? 
Y entrar y hacerme bolita contigo, 
y no tenerle miedo a las estadísticas, 
y no tenerle miedo al golpe 
que siento en el estómago 
cuando no te veo.
Y guardar el costal 
de miradas, de sonrisas
y el costal de ganas, 
en el frasco más grande.
Junto con las ansías,
junto con besarte
colapsarme y engancharme. 
Junto con tus ojos. 

S.T.

14.3.20

Pozos.

No ha sido tan mala esta vida, cariño, ¿cierto?
¿No te he dado cada gramo de mi alma y de mis huevos y de mis miedos?
¿No es suficiente entonces quemarse vivo?
No ha sido tan mala esta herida, cariño,¿cierto?


S.T.

8.3.20

De putas, primavera.

No te pasan, escaleras, no te pasan. No te olvidan anillo en boca, no te olvidan. No te extrañan, vías del tren, no te extrañan. Hoy que te miento, hoy que te pienso, hoy que como cada año, te entierro. No te muerden los labios, pedacito, no te muerden. No te cargan el abrigo, cariñito, no te cargan. Hoy que grito, sudo y me doy de topes. Café y tu vestido, siempre atento, siempre tuyo, siempre olvido. No te quedas, con el gato, no te quedas. No te marchas ni te vuelas, ni me lloras, no se extraña cuando huele a tierra fresca. No te duele cuando callas, viejita muerta.

S.T.

4.3.20

Un cachorro

Que seas el esposo que nunca fuiste, 
el padre que siempre debiste.
Que seas un futuro de esos bien bonitos que quieres que lleguen 
ya ya ya ya porque no hay tiempo que perder. 
Que seas, 
mi niño, mi rayito de luna. 
¿Ves que tiembla la voz cuando lo pido?

S.T.

20.2.20

El patio.

Entonces, se me justifica pensar en la quemadura que va a ocasionar si se va, alegar que ese lujo ya no me correspondía y que si lo hace, que si lo hace no puedo tumbarme a pedirle que lo considere de nuevo. Se me justifica que voy a berrear y bramar, que voy a explotar y a derrumbar el único castillo que me he empeñado en construir en el aire y con arena. Sólo entonces, se me justifica tener el descaro de asegurar que le pertenezco y que siendo yo el idiota que soy, me pertenece.

S.T.

12.2.20

El discurso.

¿A las cuántas vidas amando mal y como puedes, se llega al centro chicloso? 
Te hubiera encontrado antes:
"Quédate acá sentada
y espera por mí, no tardo". 
¿Cuántos dolores habré llegado tarde? Supongo que sí estamos a mano. 
Que nadie se atrevería a decir 
que no nos hemos amado 
con todo lo que somos, 
que no nos hemos equivocado 
con todo lo que fuimos. 
Que no, que nadie.
Supongo que hay algo de tuyo 
y algo de mío en cada atardecer. 
Algo de nuestro en todas las veces 
que aún no nos tomamos de la mano. 
Supongo que cerrar los ojos 
es mi manera de estar contigo. 

S.T.

2.2.20

Yegua

Y me he asustado mucho, búfalo. Porque vas a cansarte, vas a asfixiarte, porque estoy cuajada y jodida y ojerosa y no vas a quedarte. Me he asustado hasta la médula, hijo de perra. Porque te sale humo, te sale fuego, te sale muerte. Porque veo tus venas. Porque tus dientes rechinan y cierras las manos y aprietas muy fuerte. Vas a joderme, a reventarme, aventarme. 
A la pileta de tus colecciones. 
Entre coños y brazos y lenguas que te amaban. Entre todas las cosas que te terminan cansando. Que ya no te sirven, 
ya no te gustan, ya no te llenan. En la pileta mugrosa dónde abandonas todo lo que no puedes controlar. Jodido perro herido. 
¿Qué te hizo la vida? ¿Qué te ha quitado? ¿Qué carajos te duele tanto?
S.T.

24.1.20

Elevador

(Dice que no soporta las cosas rotas. Que no sirven. A veces me pregunto ¿En qué momento se dará cuenta de lo roto que estoy? Que soy un costal de añicos.)
 -¿En qué momento,Sebastián? Lo supe desde la primera vez que soñé contigo. O cuando te vi a los ojos. Eres un espejo roto. Que miedo acercarse y amarte. Que miedo ser tuya. Ruinas. Eso vi en ti. Ruinas. Y sólo pienso en las ganas tan inmensas que he tenido de construir mi castillo justo ahí. En ti. Sembrar semillas en tu pecho y que tu corazón sea un campo inmenso de gladiolas y magnolias latiendo. Un balcón en las cuencas oculares. Un columpio entre costilla y costilla. Una bandera blanca entre tus huevos. Y focos, focos de todos colores cubriendo tu rostro, tus brazos y piernas. Soy yo Sebastián, tu musa escultora. Tu cómplice. Soy yo la que va a levantar un reino dentro tuyo. El más grade. El más poderoso. El más indestructible y se llamará: Nosotros.

S.T.

23.1.20

La Revolución. Parte I.

(No es que aquella fuera indomable.) 
Es que a ninguna podría romperle, 
como a ti. 
Es que a ninguna podría
esperar del otro lado del mundo 
como a ti. 
Que a ninguna le sobra 
lo que me falta, como a ti.
Que ninguna haría una fila 
de aquí a Estonia 
para demostrarme: 
lo mujer que es,
lo diosa que es, 
lo mía que es. 
Que ninguna, ni siendo la más más, 
podría aguantarle el ritmo al actorazo que soy: el hombre búfalo, el niño vago, el pobre cabrón, el siempre tuyo. 

S.T.

21.1.20

Orquesta

Llorar, cabrón, llorar. 
Por los ojos y los poros, por el coño y por el alma. Que me salga un mar del cuerpo porque ya no aguanto. Porque estoy harta de tus sueños de arena. De tu eterno esperar que el mundo te descubra.
Que me consumas cada vez que me besas. Harta, Sebastián, de tu cuerpo tan roto, de tu mundo y tus putas. 
Llorar, llorona. 
Por los años que he tirado. Por la incertidumbre de perderte o tenerte para siempre y no saber qué es peor. Chillar. Chillar porque te amo, porque haces que todo me duela, porque me haces humana. Chillar, cabrón, porque me vulneras.

S.T.

7.1.20

Sahumerio

Y sonreír 
porque no importa el monstruo del tiempo, no importa la pesadilla de la distancia, nadie sabe lo que sabemos,
a nadie le late dentro lo que a nosotros. 
Del color que te apetezca, nadie. 
Y nada, y nunca. 
Los errores extraños,
los atardeceres 
que hemos visto juntos
y las veces que hicimos el amor. 
Nadie. 
El renegar de los pájaros
que tienen frío,
y al final nosotros, 
que no vamos a ninguna parte. 
No sales de mí
y yo no salgo de ti. 
Somos cielo y jaula.
Eres. Soy y somos. 
No hay más, nunca habrá más. 
Escuchas mi voz mientras lees,
escuchas mi voz mientras
cierras los ojos y todo es un caos.
Y también sonríes. 
S.T.

4.1.20

Los cajones

Me ha dolido el cuerpo toda la vida,
hasta que llegaste. 
Un dolor menos, pienso.
Una preocupación màs: 
el tamaño del vacío que vas a dejar 
si te vas
si desapareces, 
si te desvaneces,
Un dolor menos: la vida que comienza.
El futuro que tiembla conmigo, 
y a un lado: tù.
Siempre tù, 
a donde quiera que vaya: tù
(Como una repetición de todo lo que he deseado en la vida
Como un ir y venir del infierno al abismo y en el fondo: tù
En la punta de mi lengua, en la garganta, en la memoria
en mis partes rotas, en mis ojos, en mì...)
tù.